miércoles, 30 de enero de 2013

Miguel Rodríguez Negro

¿Príncipe azul? ¡Nada de eso! Mejor un Lobo Feroz, que te ve mejor, te escucha mejor y te come mejor.
¿Que no lo encontráis? Normal, lo tengo yo. Él es Miguel Rodríguez Negro.
Soy una pesada que no para de sentarse en cima de su colo cuando está con él, no paro de hablar y de intentar moderle la cara -intentar no pensar mal gilipollas-, y tengo muchos más defectos. Pero el me soporta en su regazo, me contesta cuando le hablo y me devuelve las mordidas multiplicadas -¡que dejéis de pensar mal!- y yo le quiero muchísimo.
Ojalá existieran más personas como él, cuando él está cerca me siento feliz.
Él es ese chico que corre por ti aunque tenga la pierna rota y esté en muletas. Él es ese chico que va a mentirte diciéndote cosas que te hagan sentir mejor aunque no son verdad -como que soy guapa cuando todo el mundo sabe que soy horrible y como que soy maja cuando soy una de las tías más bordes y sinceras que habéis conocido nunca-.
Él va a sacarte una sonrisa sin apenas esfuerzo, porque él encanta a todo el mundo, pero a mí me encanta más, yo lo quiero más que todos vosotros, porque gracias a él soy feliz porque sí, porque es genial y si me pongo a escribiros todo lo que este Lobo Feroz ha echo por mí no acabaría nunca y vosotros os cansaríais de tanto leer mientras os morís de envidia porque yo soy una de las privilegiadas que puede estar con él.
Jodeos zorras, es mi Lobo Feroz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario